viernes, 4 de marzo de 2011

Sangre negra

 Ilustración: chetoorlebuggie / bajo licencia Creative Commons. Blog de la autora

Con una rapidez y un consenso inusual en ella, la ONU ha hecho de fiscal ante el Tribunal Penal Internacional al acusar a Muamar Gadafi de crímenes de guerra por la manera en que ha intentado sofocar la revuelta en Libia, al mismo tiempo que el gobierno de Estados Unidos mueve ya barcos y aviones a la zona para intentar aislar aún más al todavía presidente libio y su ejército privado de sicarios a sueldo. Y todo esto pasa por la pantalla de mi PC prácticamente en horas, y no puedo acabar de creer que apenas hace un año, Europa recibía a Gadafi como a una estrella de Hollywood o como al último gran rockero con gafas de marca italiana con el que todos se quieren hacer la foto antes de que muera.

Entonces me pongo a pensar por qué no habrán hecho lo mismo hace años la ONU y el gobierno de Estados Unidos si desde hace décadas que el dictador libio ha ejercido una represión incontestable sobre su pueblo a base, entre otros métodos, de grupos paramilitares, y se ha enriquecido de manera grosera y ostentosa. Por qué esperar hasta ahora. No será porque no sabían lo que hacía y lo que es Gadafi. Y me respondo que es simplemente porque Gadafi mantenía "estable" el país, y como a todas luces esa estabilidad ha volado por los aires, este pelele ya no les sirve y hace falta reemplazarlo por otro.

Como soy un poco lento, he tardado varios días en relacionarlo todo, y hace dos días, tomándome un café en casa por la mañana, me llegó una idea como un eco: "Es el petróleo". Y a partir de ahí me volvió a cuadrar todo. Esa frase es la respuesta a todo lo siguiente:

¿Por qué los derrocamientos de sus respectivos dictadores en Túnez y Egipto parecen de terciopelo comparados con el intento de Libia?
¿Por qué ha sido Gadafi el que más se ha aferrado al poder en las revueltas que han sucedido desde la de Túnez?
¿Por qué Estados Unidos y el mundo en general están tan involucrados con lo que acontece en Libia?
¿Por qué Occidente toleró a Gadafi durante tantos años a sabiendas de sus métodos y de su enriquecimiento ilícito?
¿Qué es lo que había que resguardar de extranjeros y libios que Gadafi tenía un ejército tan fuerte, comparado con el de los países vecinos? (no es coincidencia que Nigeria tenga al ejército más robusto de África occidental).

Lo malo es que, de tantas veces vista, la película, aunque sea triste, ya nos parece sosa. Lo que se avecina es otro Irak, pero todo se justifica mientras se aseguren los pozos de petróleo, esa sangre negra que corre por las venas de nuestros vehículos y nuestras ciudades y que, otra vez garantizada, nos permitirá seguir viviendo más o menos como hasta ahora, como siempre, a costa de la otra sangre.

3 comentarios:

  1. híjole mi carnal, fíjate que he platicado con la familia del tema y he llegado a la siguiente conclusión, dejemonos de moralidades estúpidas y dejemos de creer en un mundo que nunca ha existido, el de las buenas formas y constumbres. el mundo o mas bien los que lo manejan son una mierda, son fríos asesinos y enfermos de codicia, todo gira alrededor de eso. Y creo que estamos perdidos ja, es una maquinaria que no se detendrá. Ni pex, pobres de los idealistas que creemos o intentamos seguir creyendo en los reyes magos. Saludote.

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  2. Afortunadamente no todo está perdido. De vez en cuando suceden pequeños milagros, como el derrocamiento bastante pacífico del dictador en Túnez, o las hermosísimas fotos de los niños abrazando y besando a los soldados egipcios cuando el dictador Mubarak anunció que se iba, o como en Islandia, que una manifestación pacífica hizo que cayera el gobierno y dejó a los bancos sin rescate del gobierno por irresponsables... a veces pasan cosas, ¡no todo está perdido! Afortunadamente.

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