viernes, 11 de noviembre de 2011

20-N: Usemos de la democracia

El título de este post es bastante irónico tomando en cuenta que yo, un extracomunitario (como nos llaman legalmente a los que nacimos fuera de la Unión Europea) con ocho años viviendo en España, no puedo votar... pero ésa es otra historia.

Haciendo uso de las libertades constitucionales de que gozo, haré política y precampaña a mi manera.

Primero un preludio. Resulta que en España hay una gran masa votante que se divide en cuatro 'tribus' (llamémoslas así), aunque muchos de sus integrantes son bastante tránsfugas y a veces se pasan de una a otra en la clandestinidad y el anonimato que les da la papeleta electoral. Me refiero a los votantes de PP, PSOE y CiU/PNV. Estos dos últimos con presencia sólo en Cataluña y el País Vasco, respectivamente.

Aunque hay 3954 partidos políticos registrados oficialmente en España, según datos a día de hoy del Ministerio del Interior, los españoles sólo votan a dos de ellos: en Cataluña, a 1) PSOE (o PSC, que es la versión catalana de los llamados "socialistas") o 2) CiU (independentistas, católicos y de derechas); en el País Vasco a 1) PSOE o 2) PNV (a las formaciones abertzales o de izquierda independentista simpatizante con ETA generalmente se les ilegaliza, si no, también serían votadas), y en el resto de España al PSOE o al PP, ambos suficientemente conocidos por todos.

Con este panorama, desafortunadamente el sistema democrático español está desperdiciando 3950 formaciones políticas, ya sea porque ninguna de ellas logra dar en la diana de lo que el ciudadano quiere, o porque el votante español es un animal de costumbres.

"Más vale malo conocido..."
No es nada descabellado pensar que en realidad es un milagro que España haya salido del periodo dictatorial marcado por Francisco Franco, cuando la verdad era más probable que se mantuviera un modelo social y político ampliamente aceptado por gran parte de la población, y todavía hoy, casi 35 años después de la muerte del dictador, reivindicado por gente de todas las edades y extractos sociales. Un apunte anecdótico: no por nada en este país cualquier empresa o marca va a lo seguro cuando se anuncia como "la de toda la vida".
Esa es la razón de fondo por la que ningún español promedio arriesga en prácticamente nada. Si la cosa va mal con el PP, vota PSOE, y viceversa, salvo las excepciones catalana y vasca mencionadas arriba.

Pero ante la descarada campaña vacía de contenido (y casi sin sentido) de los dos partidos políticos siempre votados, por fortuna siempre hay alguien a quien se le ocurre pensar en que, no importa cuán difícil sea la situación actual, se puede hacer algo por cambiar un sistema político que no sólo no representa a la mayoría de la población y responde a intereses económicos supranacionales y supraeuropeos (llamémosle dinero virtual o el capital), sino que está cada vez más alejado de la realidad y más empeñado en preservar los privilegios de sus miembros (llamémosles políticos).

Para ser realistas, a estas alturas no hay vuelta atrás: el PP se llevará la Presidencia del Gobierno el próximo 20 de noviembre. Decir que la ganará es una exageración. Más bien podemos decir que esperó a que se cumplieran las peores predicciones sobre España para lanzarse como ave de rapiña sobre el cadáver del PSOE para chupar hasta el último hueso del esqueleto llamado España.

Así las cosas, lo único que le queda a los españoles con algo de cabeza y dignidad, es no darle la mayoría absoluta y el control de todo a una formación política más que sospechosa de corrupción institucionalizada y que en sí misma representa un retroceso en los derechos sociales, como la protección del medio ambiente, los derechos laborales, sanidad y educación públicas y gratuitas, administraciones públicas sanas y sin deudas con la banca privada, el respeto a la libertad de expresión y a medios de comunicación públicos, imparciales e independientes... y una larga lista de prácticas que ya han demostrado con sus gobiernos autonómicos.

¿Qué hacer si el PP lo tiene ya todo ganado?
No votar o votar al que parezca el vencedor, no es una práctica democrática aunque lo parezca y sólo ayuda a perpetuar el bipartidismo, la ignorancia sobre alternativas políticas y, en definitiva, erosiona y esteriliza la vida democrática de España. Recordemos que la democracia española es, pese a todos sus defectos, garante de los tres poderes más o menos independientes, que son el Ejecutivo (que seguramente ocupará el PP con Rajoy a la cabeza), el Judicial y el Legislativo (Congreso de los Diputados y Senado), donde el PP también necesitará una mayoría absoluta o simple para poder hacer y deshacer a su antojo.

Por eso, los creadores del blog aritmetica20n.wordpress.com han hecho el trabajo de buscar por provincia qué partidos son la tercera y/o la cuarta opción con mayor intención de voto, tras PSOE y PP, y recomiendan votar estas formaciones para obligar al partido vencedor, a negociar en el Parlamento cualquier ley o enmienda. Léase, por ejemplo, cuando el PP quiera echar atrás la Ley Antitabaco o la posibilidad de abortar legalmente.

Así, si logran algo, por lo menos nos aseguramos que tendrán que haber trabajado, y mucho, para conseguirlo. Tú que puedes, ¡vota por la democracia!


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